miércoles, 31 de octubre de 2012

De las normalidades y esas rarezas.

Como siempre, me pongo a escribir sin hacer ninguna introducción ni nada.
Hoy toca hablar de...a ver cómo lo digo...
Vale, me va a tocar hacer un inciso.
INCISO:
Voy a escribir este post sin pelos en la lengua y eso no quiere decir que falte el respeto a nadie. Intentaré llamar a las cosas por su nombre. Perdón si alguien se da por aludido o se siente ofendido, prometo que no es mi intención faltar a nadie.
FIN DEL INCISO.

Sólo tener que haber escrito este inciso para evitar malentendidos deja claro, más que claro, de lo que voy a hablar. Esas cosas que se supone que deberiamos ver como normales* pero que al final pues a alguien le sale rana. 

Al lío.

Ayer vi Hombres Mujeres y Viceversa (sí, vale, lo reconozco, soy una maruja). Los hechos fueron los siguientes: un bellezón de chica entra a conocer a un chico, se ven, tienen una cita, se gustan, se encantan, saltan chispas, se lían y todo son jijijajas hasta que él se entera POR OTRA FUENTE QUE NO ES ELLA de que ella es transexual. Que nació chico. Y se queda con cara de lelo. Y la echa del programa POR HABERLE OCULTADO ALGO TAN IMPORTANTE SABIÉNDOLO TODO EL MUNDO RESTANTE.
Ella se defendió diciendo que si lo hubiera dicho desde el principio él no le hubiera dado la oportunidad de conocerle. Él simplemente le dijo a ella que ella NO LO SABÍA, que no diera cosas por supuestas sobre su personalidad, creo que dejó entrever que le parecía un insulto que pensara eso de él.

Y ahí comenzó mi reflexión.

Nací en el 89, por tanto en el cole siempre me han enseñado que todas las orientaciones sexuales son respetables. Era un cole de monjas, por tanto miento, pero es algo que mi sentido común me ha hecho aprender por la época en la que me ha tocado vivir. Si hubiera nacido hace 50 años, como mis padres, otro gallo cantaría, por no hablar de mis abuelos, pero las mentes se van abriendo y la sociedad evoluciona (gracias a Dior). Obviamente no hay nada de malo en ser heterosexual, bisexual, homosexual o transexual. De hecho, me importa un pimiento con quién te acuestes o te dejes de acostar, porque ésa no es una característica que diga nada de tu personalidad más allá de eso, de con quién te acuestas.

Por eso precisamente, porque me importa un pimiento a mí, no entiendo que haya personas que lo sigan dando importancia. No voy a hablar de las personas heterosexuales que le dan importancia porque entonces podría arder Troya. Voy a hablar de las personas con otra orientación que siguen dando importancia y que a su vez intentan defender su normalidad. Fíjate que podríamos extrapolarlo al tema del feminismo.

Quiero decir, y a ver si consigo explicarme, que, si defiendes la normalidad de algo, si has sufrido para conseguir esa normalidad, si has visto cómo te han pateado el culo por no ser lo que los demás consideran normal, ¿por qué sigues haciendo como si siguiera siendo anormal? ¿por qué sigues dando importancia al tema? ¿por qué intentas ocultarlo una vez que es evidente? Es decir, yo no voy con un cartel en la frente que ponga "Soy heterosexual y me gustan las pirulas", pero tampoco digo que me gustan las mujeres cuando me preguntan, si lo que me gustan son los hombres.

Entiendo que esa evolución de la sociedad de la que he hablado antes todavía no es tan tangible como a muchos nos gustaría, y precisamente por eso lo que hay que hacer es quitar hierro al asunto, y tratarlo de una vez por todas con normalidad. Pero normalidad de la buena, no de la exaltada, ni de la indignada, sino como una normalidad más, como si de ir a comprar pan se tratara.

Puedo comprender que la gente que sale del armario, (mucha gente, la mayoría de la gente, poca gente, casi nadie, no tengo ni idea) haya pasado por una transición hasta salir. Y supongo que esa transición será mejor o peor dependiendo, ya no tanto de tu círculo de gente, sino de cada persona y las ganas y fuerzas que tenga uno para enfrentarse a algo como si de un problema se tratase o quitándole hierro, si es que hay hierro que quitar (que no lo hay bajo mi punto de vista y al menos personalmente, no para con tu familia y amigos, sino para contigo mismo). Y supongo también que esa transición condicione cómo lo lleves "de cara al público".

Lo único que pido es transparencia, normalidad. NORMALIDAD.
Y voy a pasar a los ejemplos porque veo que me quedo como a medias, que no logro explicarme del todo.

Ejemplo 1: Día del Orgullo Gay.
Me parece perfecto porque celebran todos los derechos que han ido adquiriendo. O sea, no salen a proclamar su condición sexual, sino lo que han conseguido como colectivo. Si salieran a proclamar su condición sexual me parecería una puta mierda.

Ejemplo 2: Amigo mentiroso.
Tengo tres amigos/colegas gays (que yo sepa).
 Uno de ellos es mi ídolo en esta cuestión, es gay, no lo dice, tampoco lo oculta. Un día vino y me dijo que había ligado con Pascual y yo le dije "jo, qué bueno está". Anteriormente no sabía que fuera gay. Nadie lo dio importancia, ni yo ni él. Es lo que tienen las cosas normales, no se les da importancia.
 El siguiente estuvo un año hablándome de su novia Almudena, me contaba sus problemas de pareja y yo los míos con Zenu. Todo muy bonito hasta que otro amigo me dijo: "¿Qué Almudena ni qué niño muerto? Su novia se llama Alfredo y estudia Minas". ¿Os podéis imaginar mi cabreo? ¿Por qué llevaba tanto tiempo mintiéndome y de manera tan descarada? ¿Sabes que los consejos que te puedo dar son diferentes si hablamos de una chica o de un chico? ¿Sabes que me la toca si tu novia se llama Alfredo? ¿Por qué piensas que tendría algo en contra? Ésta última pregunta fue la que más me dolió, no sé qué pudo ver él en mí que le hiciera pensar que nuestra relación se deterioraría si yo sabía que le gustaban las pirulas igual que a mí.
  El tercero...sigue en el armario. Pero sólo delante del círculo de la universidad. Directamente estoy perdida con él. No le voy a presionar ni muchísimo menos, pero lleva cuatro años negando que el blanco sea blanco. Y me sienta fatal.


CONCLUSIÓN:
Lo normal, es normal. Y no se le da importancia. Ni para ocultarlo, ni para mostrarlo. Por tanto, esas personas no heterosexuales que luchan por la normalidad de su condición sexual, por favor, empezad a verlo normal vosotros, los demás -que merecemos la pena-  ya lo vemos... y luego ya, cuando lo tratéis como lo que es, algo normal, hablamos de normalidad. Un saludo.




*Cuando me refiero a normalidad me refiero a lo más usual entre la población, no lo califico como mejor ni peor, sólo como más o menos común.