domingo, 19 de febrero de 2012

Canciones.

Creo que no podría concibir el mundo sin música. Bueno, no es que lo crea, es que estoy segura. Música de todo tipo, pasando por la música clásica para llegar hasta el electro-house. Entre medias están el pop, el rock, y sí, incluso el reggeatón. Y van desde los 70 hasta ahora. Mi lista de reproducción del móvil no podría tener más variedad. Y me gustaría que tuviera más, pero aunque me guste tanto la música, en realidad no me da por buscar, a mí que me lo pasen y ya si me gusta pues seguiré escuchándolo. O algo.

Lo bueno de toda la música que escucho es que cada canción tiene un recuerdo, un significado, una imagen. No es necesario que esa imagen se haya producido mientras sonaba la canción de fondo. Una sensación, sin más.

Y si hay algo que me repatea es que me cambien los recuerdos de cada canción. O que alguien le dé un recuerdo a una canción que yo NI DE COÑA le hubiera otorgado. En serio, no lo soporto. Es que mataría a la persona que me hace eso. Es algo personal. Llego a coger manía a las canciones, a no escucharlas por más buenas que sean. Porque si el recuerdo es bueno, bienvenido sea. Pero no me refiero a sensaciones buenas, me refiero a esas que dices....¿¿¿¡¡¡WTF!!!???

Y todo esto viene porque hace un par de meses una impresentable de corta edad y menor tamaño cerebral me fastidió de golpe y porrazo, así, sin esperar a que terminara una para empezar a destrozarme la otra, dos de las canciones que más me gustaban hace dos meses. Ahora ya  no, claro. Ahora estoy en proceso de desintoxicación. Sé que realmente esas dos canciones merecen la pena e intento darles otro significado. De momento os digo que la cosa no va bien. Se me viene su cara a la mente y me dan ganas de matar. No me deja disfrutar de la canción imaginarme su cara. Que no la conozco de nada, hombreyá. A ver a qué estamos jugando. La niña de los peines! como diría mi abuela.

Y si supiérais cuáles son, creédme que os cabrearíais tanto o más que yo. Lo que no sé si conmigo por no saber controlar lo que me dicen mis canciones, o con la tipa esta que demostró muy poco de ella y de su manera de ser. Se quedó con el nombre de Comebolsas, la hijjj......

miércoles, 8 de febrero de 2012

Perdida.

En serio. No sé qué me pasa, pero quiero que deje de pasarme. Me gustaría dejar de quejarme. Verlo positivo todo. No me gusta quejarme. Me pongo a mí misma de mal humor. En serio. Pero es que estoy en bucle. He entrado en bucle y no sé por dónde cortarlo.


 
Me parece que mis amigos no me hacen todo el caso necesario. Y les agobio. Y luego pienso que hago mal en agobiarlos y que no tengo que obligar a nadie a hacer lo que no quieren, al fin y al cabo las cosas nacen o no nacen. Pero me entran las dudas. Si realmente son mis amigos yo no soy una obligación, sino una apetencia. Pero si agobias a alguien pasas de ser una apetencia a ser una obligación (regla nº 1 de cualquier relación). Entonces dejo de agobiarles. Y entonces es cuando los míos piensan que no necesito a nadie y no me prestan la atención que en estos momentos necesito. Y es cuando vuelvo a la primera frase, incluyendo el cabreo de que parece que nadie sabe leerme sin que me exponga como un libro abierto.

Y así todo el rato. Y no sé salir. Y no sé si pasar de todos o hablar y hablar y hablar y explicar lo que me pasa. Porque si lo explico quizá agobie. Y no me gusta NADA agobiar.

Ahora, ya sé lo que me pasa. Lo que no sé es cómo hacer que me deje de pasar.

Necesito dosis de zen. Por favor. Y las necesito YA.

¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi yo alegre, independiente, comprensivo y que no agobia a los demás porque comprende las circunstancias de los suyos? ¿He sido así en algún momento o sólo estaba teniendo paciencia? ¿En algún momento hubo alguien que se preocupó de mis circunstancias, que pensó como yo, pero por mí? ¿En algún momento lo hubo o lo está habiendo y yo no estoy sabiendo verlo?

¿En qué momento me he perdido de donde estaba? ¿Y qué ha hecho que me pierda? ¿Soy realmente así o es una mísera racha?

Estoy harta de las rachas. De los demás. De las mías. ¿La gente es como es y punto? ¿Mi yo real ha salido a relucir y ni yo sabía que existía? ¿De verdad soy tan insoportable como me veo ahora mismo?

Y lo más importante: ¿estoy pareciendo lo más victimista y quejica del universo? ¿estoy pareciendo el tipo de persona con los defectos que más puedo odiar de cualquier persona?

¿Me curaré, doctor?

sábado, 4 de febrero de 2012

Trianiversario.

Dentro de unas semanas hace tres añitos que Zenu y yo nos conocimos. Nos conocimos, nos dimos el primer beso y.... Bueno, iba a decir que echamos el primer  hicimos el amor por primera vez, pero no, tardé una semana más. Y eso era mucho para mí, creédme. Oye, que no sé qué me pasa hoy que no me aclaro.

Bueno, en lo que estaba. Que dentro de unas semanas hacemos tres años. Tres años juntos ya. TRES AÑOS. Tres años. TRES AÑOS. Que da igual cómo lo diga, que me sigue sonando raro. Claro, que a los que ya estáis casados, o tenéis hijos, o habéis tenido una relación de diez años pues os hago gracia. Pero a mí me impone, no os voy a engañar.

En realidad no sé hacia dónde va. Dejaré que os riáis de mí y os diré que cada vez que escucho el Canon de Pachelbel me imagino yendo hacia el altar con él esperándome. O sea que algo me puedo imaginar. Aunque también soy consciente de que se puede acabar en cualquier momento y tal. Pero que no me apetece pensarlo, hombreyá.

Hay veces que me sorprendo a mí misma. Para bien y para mal.
Para mal porque me he acostumbrado a él. Hay días que no lo valoro como debería valorarlo. Aunque si sé esto es que ya le valoro. Todo un lío, vamos.
No sé si es bueno o malo que me acostumbre a él.
Por un lado es malo, porque si algún día me deja me costará acostumbrarme a no llamarle todas las noches, a no mandarle mensajitos porque sí y a no gritarle porque sí también. (Jijijijiji)
Por otro es bueno, porque si me he acostumbrado a él es porque se hace querer. Estoy acostumbrada a tenerle porque ha estado para mí siempre. Y eso NUNCA puede ser malo. De ninguna manera.

Llevamos tres años juntos.

El primero se podría titular El Año del Amor Apasionado y Sin Límites y Ñoño Hasta Morirse.
El segundo se podría llamar Estoy Descubriéndote y Creo que Podría Matarte y Te Odio y Te Quiero.
Este tercero quizá podría llamarse Ya Sé Como Eres Y Te Quiero Así, Sin Querer Matarte ni Nada.

Cuando me empecé a "acostumbrar" a él, a no notar CADA VEZ que quedaba con él un gusanillo en la tripita, a no querer que me empotrara CADA VEZ que le veía, me agobié. Me agobié mucho. Muchísimo. En serio que no os hacéis a la idea. Pensé que todo se había acabado. ¿Dónde estaba la intriga?

No veía lo bueno de poder estar tumbada a su lado. Porque sí. Sin sentir nervios. Sólo tranquilidad. Seguridad. Cariño. Sin empotre ni nada así porque sí. No veía lo bueno de mirarle y saber lo que estaba pensando. No veía lo aguuuuuuuuuuuusto que está una cuando no tiene que medir sus palabras para explicarse correctamente, sino que la entienden sin esfuerzo.

Gracias al cielo abrí los ojos.

Claro que le quiero. Calmadamente. Sin sobresaltos cada día. Sin preguntas absurdas. Sin "empótrame cinco veces cada día o es que no me quieres".

Claro que hay rachas en las que volvemos al principio, porque lo necesitamos.

No sé cómo son el resto de las parejas. No sé si habrá personas con relaciones mucho más estables leyéndome y que piensen que no voy a ningún lado, que si a mi edad y con tres añitos de relación no hay sobresaltos me aburriré en breve. No sé nada.

Sólo sé que yo ahora quiero esto. Y lo tengo. Así que me considero afortunada como la que más.

Zenu es un gran Zenutrio, lo sé. Pero es MI Zenutrio, y yo soy la suya. Y me encanta.

viernes, 3 de febrero de 2012

He vuelto (creo).

¿Que he estado mucho tiempo sin escribir? Sí. ¿Pero mucho mucho mucho? También.

Lo siento, he estado desmotivada. No me apetecía. No tenía nada nuevo que contar. No tenía tiempo para ello. O sí tenía tiempo, pero prefería dedicarlo a otras cosas. Ya sabéis que no planeo los posts, salen de repente. Y si no tengo un ordenador al lado lo dejo pasar. Soy incapaz de escribir un post desde el móvil. Lo que me gusta es teclear.

No puedo decir que he vuelto.

Me encantaría volver, pero no volver para quejarme o desahogarme. Me encantaría volver para reírme, contar cosillas sin importancia, descubrirme poco a poco. Pensar escribiendo, que para eso soy mujer y no sé pensar en voz baja.

No sé si podré. Lo que sí que sé es que este es un primer paso.

Pero sigo aquí. Que lo sepáis.

Por cierto, vísteis qué gracioso lo de "mañana hablo del Papa"?? Jajajajaja. Ojalá sólo hubiera pasado un día desde entonces. Me traumatizó demasiado. Desde este verano apenas veo las noticias. Sólo leo twitter. Y tampoco me creo ni la mitad. Me hierve la sangre.

Sigo intentando ser zen. Y consigo transmitirlo a los demás. Pero será de tanto tranquilizar y relativizar los problemas de la gente que se me está acabando mi dosis. Quizá un día de estos me vuelva loca aunque sólo sea por un día. Así sin tener en cuenta a los demás. Y no lo llamaré ser desconsiderada, diré que estoy harta de mirar por la gente sin mirar por mí, porque esa excusa parece ser que vale. Hagas daño a quien se lo hagas.

Seguro que sabéis de qué os hablo. Esa gente que va de que los demás son todos unos sensiblones y ellos no son nada malos. Esa gente que un día se levanta y decide que puede no tener en cuenta a la gente que le rodea porque nunca jamás les tienen en cuenta a ellos (y se quejan de los sensiblones). Esa gente, como las madres, que dicen: "Ya estoy harta de callarme! Llevo toda la vida haciéndolo!" y llevan toda la vida con la misma frase. Esa gente que achaca todo el daño que pueda hacer a "una mala racha" sin pensar que las rachas tienen fecha de caducidad. Esa gente a la que quieres con locura pero matarías de vez en cuando. Esa gente a la que no quieres decir nada de lo que te pasa, prefieres desahogarte con el ordenador, porque al fin y al cabo seguirá poniendo excusas, esto es una rabieta y "ya se te pasará", "estás muy sensible ultimamente" te van a contestar.

Pues sabéis una cosa? Las amistades se cuidan. Desde lejos, también. Y no me sirven las excusas. Llamadme fría, pero un simple whatsapp me basta. Y no es el hecho de escribir un whatsapp. Un mensajillo de esos es insignificante. Lo que no es insignificante es el interés que hay detrás.

Creo que se me quedan cosas en el tintero. Que podría explicarme mejor. Creo que en cuanto dé al botón de publicar se me ocurrirán mil y una cosas más que añadir.

He enlazado temas. He escrito de golpe y porrazo. Creo que tenía mono y necesitaba mi dosis. Creo que me ha quedado un post muy triste y muy deprimente. Y creo que no me define nada. Recordad, yo soy así!


Y quiero unas orejeras de pompones.