miércoles, 31 de octubre de 2012

De las normalidades y esas rarezas.

Como siempre, me pongo a escribir sin hacer ninguna introducción ni nada.
Hoy toca hablar de...a ver cómo lo digo...
Vale, me va a tocar hacer un inciso.
INCISO:
Voy a escribir este post sin pelos en la lengua y eso no quiere decir que falte el respeto a nadie. Intentaré llamar a las cosas por su nombre. Perdón si alguien se da por aludido o se siente ofendido, prometo que no es mi intención faltar a nadie.
FIN DEL INCISO.

Sólo tener que haber escrito este inciso para evitar malentendidos deja claro, más que claro, de lo que voy a hablar. Esas cosas que se supone que deberiamos ver como normales* pero que al final pues a alguien le sale rana. 

Al lío.

Ayer vi Hombres Mujeres y Viceversa (sí, vale, lo reconozco, soy una maruja). Los hechos fueron los siguientes: un bellezón de chica entra a conocer a un chico, se ven, tienen una cita, se gustan, se encantan, saltan chispas, se lían y todo son jijijajas hasta que él se entera POR OTRA FUENTE QUE NO ES ELLA de que ella es transexual. Que nació chico. Y se queda con cara de lelo. Y la echa del programa POR HABERLE OCULTADO ALGO TAN IMPORTANTE SABIÉNDOLO TODO EL MUNDO RESTANTE.
Ella se defendió diciendo que si lo hubiera dicho desde el principio él no le hubiera dado la oportunidad de conocerle. Él simplemente le dijo a ella que ella NO LO SABÍA, que no diera cosas por supuestas sobre su personalidad, creo que dejó entrever que le parecía un insulto que pensara eso de él.

Y ahí comenzó mi reflexión.

Nací en el 89, por tanto en el cole siempre me han enseñado que todas las orientaciones sexuales son respetables. Era un cole de monjas, por tanto miento, pero es algo que mi sentido común me ha hecho aprender por la época en la que me ha tocado vivir. Si hubiera nacido hace 50 años, como mis padres, otro gallo cantaría, por no hablar de mis abuelos, pero las mentes se van abriendo y la sociedad evoluciona (gracias a Dior). Obviamente no hay nada de malo en ser heterosexual, bisexual, homosexual o transexual. De hecho, me importa un pimiento con quién te acuestes o te dejes de acostar, porque ésa no es una característica que diga nada de tu personalidad más allá de eso, de con quién te acuestas.

Por eso precisamente, porque me importa un pimiento a mí, no entiendo que haya personas que lo sigan dando importancia. No voy a hablar de las personas heterosexuales que le dan importancia porque entonces podría arder Troya. Voy a hablar de las personas con otra orientación que siguen dando importancia y que a su vez intentan defender su normalidad. Fíjate que podríamos extrapolarlo al tema del feminismo.

Quiero decir, y a ver si consigo explicarme, que, si defiendes la normalidad de algo, si has sufrido para conseguir esa normalidad, si has visto cómo te han pateado el culo por no ser lo que los demás consideran normal, ¿por qué sigues haciendo como si siguiera siendo anormal? ¿por qué sigues dando importancia al tema? ¿por qué intentas ocultarlo una vez que es evidente? Es decir, yo no voy con un cartel en la frente que ponga "Soy heterosexual y me gustan las pirulas", pero tampoco digo que me gustan las mujeres cuando me preguntan, si lo que me gustan son los hombres.

Entiendo que esa evolución de la sociedad de la que he hablado antes todavía no es tan tangible como a muchos nos gustaría, y precisamente por eso lo que hay que hacer es quitar hierro al asunto, y tratarlo de una vez por todas con normalidad. Pero normalidad de la buena, no de la exaltada, ni de la indignada, sino como una normalidad más, como si de ir a comprar pan se tratara.

Puedo comprender que la gente que sale del armario, (mucha gente, la mayoría de la gente, poca gente, casi nadie, no tengo ni idea) haya pasado por una transición hasta salir. Y supongo que esa transición será mejor o peor dependiendo, ya no tanto de tu círculo de gente, sino de cada persona y las ganas y fuerzas que tenga uno para enfrentarse a algo como si de un problema se tratase o quitándole hierro, si es que hay hierro que quitar (que no lo hay bajo mi punto de vista y al menos personalmente, no para con tu familia y amigos, sino para contigo mismo). Y supongo también que esa transición condicione cómo lo lleves "de cara al público".

Lo único que pido es transparencia, normalidad. NORMALIDAD.
Y voy a pasar a los ejemplos porque veo que me quedo como a medias, que no logro explicarme del todo.

Ejemplo 1: Día del Orgullo Gay.
Me parece perfecto porque celebran todos los derechos que han ido adquiriendo. O sea, no salen a proclamar su condición sexual, sino lo que han conseguido como colectivo. Si salieran a proclamar su condición sexual me parecería una puta mierda.

Ejemplo 2: Amigo mentiroso.
Tengo tres amigos/colegas gays (que yo sepa).
 Uno de ellos es mi ídolo en esta cuestión, es gay, no lo dice, tampoco lo oculta. Un día vino y me dijo que había ligado con Pascual y yo le dije "jo, qué bueno está". Anteriormente no sabía que fuera gay. Nadie lo dio importancia, ni yo ni él. Es lo que tienen las cosas normales, no se les da importancia.
 El siguiente estuvo un año hablándome de su novia Almudena, me contaba sus problemas de pareja y yo los míos con Zenu. Todo muy bonito hasta que otro amigo me dijo: "¿Qué Almudena ni qué niño muerto? Su novia se llama Alfredo y estudia Minas". ¿Os podéis imaginar mi cabreo? ¿Por qué llevaba tanto tiempo mintiéndome y de manera tan descarada? ¿Sabes que los consejos que te puedo dar son diferentes si hablamos de una chica o de un chico? ¿Sabes que me la toca si tu novia se llama Alfredo? ¿Por qué piensas que tendría algo en contra? Ésta última pregunta fue la que más me dolió, no sé qué pudo ver él en mí que le hiciera pensar que nuestra relación se deterioraría si yo sabía que le gustaban las pirulas igual que a mí.
  El tercero...sigue en el armario. Pero sólo delante del círculo de la universidad. Directamente estoy perdida con él. No le voy a presionar ni muchísimo menos, pero lleva cuatro años negando que el blanco sea blanco. Y me sienta fatal.


CONCLUSIÓN:
Lo normal, es normal. Y no se le da importancia. Ni para ocultarlo, ni para mostrarlo. Por tanto, esas personas no heterosexuales que luchan por la normalidad de su condición sexual, por favor, empezad a verlo normal vosotros, los demás -que merecemos la pena-  ya lo vemos... y luego ya, cuando lo tratéis como lo que es, algo normal, hablamos de normalidad. Un saludo.




*Cuando me refiero a normalidad me refiero a lo más usual entre la población, no lo califico como mejor ni peor, sólo como más o menos común.

sábado, 4 de agosto de 2012

Sorpresa.

Punto uno: me escuecen los pies. Supuestamente iba a salir a tomar unas cañas y mirad qué horas son que acabo de llegar a casa.

Punto dos: Tengo 3 para septiembre, realmente no sé qué hago a estas horas despierta.

Punto tres: No, no voy pedo. He llegado tarde pero no he bebido apenas. Pelín de lambrusco al principio de la noche y una copa al final.

Hoy ha sido la despedida de una ex-amiga/amiga/colega/lo que sea, que el viernes pasado se portó bien y vino a mi fiesta sorpresa de cumpleaños contra todo pronóstico. El año que viene se va de Orgasmus y hoy hemos salido a desearla que todo le vaya genial. La historia con ella fue un poco (bastante) turbia pero lleva un año desviviéndose por mí, y todo hay que decirlo, se merecía que fuera a darle un beso al menos.

El caso es que he conocido a una chica que hacía tiempo que sabía quien era de vista pero que nunca me la habían presentado. Es una chica que la ves en foto y piensas "madre mía, qué chica tan guapa, tiene pinta de que si fuera tío me enamoraría de ella". Al conocerla me he sorprendido. Lleva toda su vida con problemas de salud y consecuentemente con problemas de autoestima y depresiones. Se la nota. Busca contacto y cariño. A la mínima que podía buscaba agarrarte del brazo, bailar contigo, una sonrisa, un guiño de confianza sin apenas conocerte.

Me he quedado realmente sorprendida, valga la redundancia con el párrafo anterior. No me esperaba para nada eso de ella. Inspira confianza y ternura cuando hablas un minuto con ella, cuando la ves sentada y te explica por qué esta así y no bailando, esperando que no pienses que es una aburrida, dando explicaciones realmente innecesarias para los demás y muy necesarias para ella.

La vida es complicada, mucho más de lo que la gente normal pensamos (piensa, no sé si soy normal). Y hay quien no sabe llevarlo. Y creo que los demás deberíamos enseñar a esas personas que no saben a hacerlo, aunque a veces hagan falta especialistas, creo que hay muchas veces que un abrazo puede ser más eficiente que una hora en una tumbona, aunque para nada lo subestimo.

Esta chica, que la ves y te da envidia de la energía que irradia, resulta que no tiene ni idea de lo que puede llegar a ser para otra gente. Resulta que no sabe ser feliz. Y es una pena, porque se ve de lejos que si lo supiera ella y no la tuviera que convencer nadie, llegaría muy lejos en la vida.

Y no sé si alguien se lo habrá dicho. Yo, hoy, desde luego que no, no fuera a ser que me tomara por loca y llegara a casa aún más triste.

viernes, 4 de mayo de 2012

Viajar por obligación. Viajar al fin y al cabo.

Hoy iba en el bus muy relajadita por la lluvia que estaba cayendo y leyendo blogs desde el teléfono. Y me he topado con este post de Moli. Vayamos a este párrafo en concreto:

"La crisis es pensar que tus hijos son pequeños y no pueden irse, pero que si tuvieran 22 no tendrían ningún futuro aquí y alegrarte de que sean pequeños. Quieres que se vayan cuando sean mayores, que salgan fuera y conozcan mundo...pero no porque los echen si no porque quieran".

Y me he puesto a pensar. Bueno, corrijo, me he puesto a escribirla un comentario pero mi gran movailfon no me ha dejado -.-''

El comentario, entre una de tantas cosas, decía que tengo 22 años y que.... Mejor vamos por puntos.

Punto nº 1

Tengo 22 años. He elegido una carrera larga que no se hace (o al menos yo no) en tantos años como cursos hay. Pretendía alargarlo un año pero creo que van a ser dos por miedo a arriesgarme a coger más asignaturas (de eso que es principio de curso y vas motivadísima) y luego ZAS! paga segundas y terceras matrículas con lo que ello conlleva: pagar el 50-75% de lo que ellos dicen que cuesta.
 ¿Cosas malas? Que antes me lo podría haber planteado así para aprovechar el tiempo aparte de sólo estudiar, aprendiendo idiomas, haciendo cursos o rascándome los huevos porque sí (así va el país). Ahora es obligación.
¿Cosas buenas? Este es el quit de la cuestión. Resulta que si termino la carrera dentro de tres años, quizá, y digo sólo quizá, hayamos salido un poco del pozo en el que estamos metidos y pueda encontrar trabajo de eso en lo que me habré estado preparando 7-8 años. Por tanto prefiero formarme de más cosas a la vez que me saco la carrera para ver si así tengo algo cuando salga porque prefieran a los recién salidos de la universidad que a los que llevan tres años en paro.
 Llamadme vaga si queréis. Quizá tengáis razón. (Bueno pensadlo pero no me lo digáis, que lloro).

Punto nº 2

Llamemos al optimismo. Las cosas son tal cual son. Lucho mediante la palabra para que las cosas cambien, hago todo lo que esté en mi mano, me indigno y le chillo a las noticias. Me encantaría pensar que salir a la calle cambiaría algo, pero el pasado 15M salí a desengañarme con eso de que es un movimiento descentralizado. Lo siento pero no me lo creo. El caso es que la situación es la que es y no me sirve de nada ir lloriqueando por los rincones de mi universidad, por los rincones de mi casa, por los rincones de cualquier sitio. Hay que echarle huevos y ver el lado positivo de las cosas por más jodidas que sean. Ojo, no estoy diciendo que no podamos quejarnos, soy la tía más quejica del universo. Pero a la hora de la verdad no nos podemos quedar parados viéndolas venir porque eso no hará que las cosas cambien ni mucho menos. (BLASE FOR PRESIDENT!
Y con este pensamiento en la cabeza hace un tiempo me hice una lista mental de países/cosas que me gustaría que tuvieran esos países, a los que me gustaría ir. No sé si temporal o definitivamente porque como no he ido no sé si me van a gustar para cuatro años o para toda mi vida. Tampoco hagamos el cuento de la lechera.
Detalles importantes a tener en cuenta:
  1. Que haya curro de lo mío, of course.
  2. Que Zenu venga conmigo y por ende que haya curro de lo suyo (si es que lo suyo llega a ser suyo algún día).
  3. Que los puntos 1 y 2 sean, si no bien, normalmente remunerados. O sino que uno de los dos pueda mantener al otro. Sin gilipolleces de "no me siento realizad@" o algo así. A vivir, cojona.
  4. Las casas han de ser acogedoras en general. Descartamos China o Japón, gracias. No voy a ir a comprobar que todas los hogares no son como salen en la tele. Y el idioma es muy difícil.
  5. Italia y Grecia descartadas. Para irme a España Vol. II me quedo en mi casa.
  6. Descartamos también Alemania. Llamadme imbécil. No me gusta su idioma y la Merkel me da miedo. (Debería también salir de Europa, pues?)
  7. El francés me gusta mucho. Y hablo del idioma.
  8. New York y parecidos para vivir no, que me agobio.
  9. Playa?
  10. Me llama la atención también Noruega.
  11. Países árabes para vivir toda mi vida no, que soy mujer.
  12. Países subdesarrollados para alzarlos sí, pero toda mi vida no porque llegarán a esta etapa y no quiero vivirla en un país que no sea el mío.
  13. Fiesta y gente no muy cerrada.
Exigente? Mientras no me quede otra, sí. Llamadme joven, lo soy. Ya que estamos, soñemos, que es gratis! Tengo una vida por delante y por decidir, y no voy a dejar que unas fronteras me lo impidan.


Y así es como pasa una de un tema complicado a un tema divertido. Probadlo si tenéis fuerzas.




miércoles, 2 de mayo de 2012

Mi ginecólogo, ese gran humorista.

Hace algo más de un año fui al ginecólogo por primera vez. Que ya era hora.´Un tipo muy famoso en mi ciudad que se encargó de mi abuela y se encarga ahora de mi madre.

Cuando entré en la consulta estaba totalmente acongojada porque llevaba tres meses sin regla y estaba tan hinchada que pensé que era embarazo y me quería morir.

PERO NO.


Mi gine me miró y entre risas me comunicó que tengo los ovarios poliquísticos. Esto es, que tengo la "piel" de los ovarios súper dura, a modo caparazón de tortuga, y los óvulos no salen porque el caparazón se lo impide. Sí, entre risas. Para él algo muy común. Para mí una mierda porque me dijo que para tener niños probablemente tendría que recurrir a métodos artificiales.
Me hizo pruebas y blablablá, y me dio una píldora, con la menor dosis posible de hormonas, que regulara mi periodo y que ya de paso hiciera que mi vello sexual (como él lo dice entre jijis y jajas) disminuyera.
Con un apretón de manos de esos que te duele la mano luego media hora se despidió de mí y me dijo que volviera a los seis meses.
JA.
Seis mas seis doce y ayer por fin volví.

Él se alegró de verme y en vez de reprenderme por no haber ido cuando me dijo que fuera, me dió la enhorabuena, si no había ido antes es que todo iba bien.
Me preguntó por la píldora. Síntomas. Dolores. Salud mental/hormonal. Vello. All. Contesté sin reparo...."sí, no, todo como siempre, no noto nada pero no estoy embarazada, me duelen las tetas, todo risas excepto que NO TENGO LÍBIDO".

Escribió. Me miró. Volvió a escribir. Me volvió a mirar. Sonrió. "Tu dirección sigue siendo la misma? Hazte estos análisis. Por cierto...Qué putada lo de la líbido no?" Ataque de risa. "Pues sí que es un problema, sí".

Y esta fue mi cara tras sus risas. Él obviamente ni se percató.

Y así, sin más, me dio cita para dentro de un mes. Sin notas aclaratorias un nada. Todo un descojone, vamos.

También os digo que prefiero esto a algún hipocondríaco que todo lo vea horrible y maligno y oscuro y sombrío. Este hombre te trata bien personal y médicamente hablando, y ya de paso cada vez que voy me echo unas risas, o ya se encarga él de echárselas por mí. Sus molestias que se toma!

Añadido: Que yo había escrito esto para decir que la falta de líbido es una putada y que quiero que vuelva, me da igual la cantidad de hormonas masculinas que se necesiten para ello, prefiero depilarme a que no me apetezca frinkar. A ver si alguien que me lea se hace responsable y me la devuelve de una vez, que como broma ya está bien. Que todo os parece gracioso y esto tiene un límite. Hombreyá.

Y ahora, todos juntos, pray for Blase:

SAN CUCUFATO
SAN CUCUFATO
LOS COJONES TE ATO
SI NO ENCUENTRAS LA LÍBIDO DE BLASE
NO TE LOS DESATO

lunes, 30 de abril de 2012

...

Hace ya cuatro días. La casa sigue estando vacía y seguirá estándolo por mucho tiempo.

No he empezado a escribir apenas y ya tengo que controlar las lágrimas.

Recuerdo cuando fuimos a aquella casa lejana y te elegimos a ti de entre todos los cachorritos. Todos ladraban, todos jugaban y todos intentaban corretear. Menos tú. Tú estabas en un rincón con cara de pena, las patitas calzadas y una mancha blanca que te ocupaba la cabezota entera y que terminó estando en la rabadilla. Los convencí a todos para que nos quedáramos contigo. Por más que dijeran que eras el más débil de la camada yo sabía que no. Y de hecho has durado más que cualquiera de tus hermanos. Has estado más tiempo aquí alegrándonos la vida.

Estabas siempre en medio de todo. Desde pequeño apuntabas maneras. Ocupaste todo nuestro tiempo desde el minuto uno.

Aún me acuerdo de cuando aprendiste a subir las escaleras. Un escalón era más grande que tú. Te quedaste atrapado arriba, aprendiste a subir pero no a bajar! Tus chillidos eran un espectáculo. El susto que nos diste!

En las primeras navidades comenzaste a dar problemas. No comías nada y decían que te ibas a morir. Pronto empezabas. Llevan toda la vida diciéndotelo. Y aquí has estado hasta que hemos tenido que tomar la decisión porque tú no estabas del todo decidido.

Hemos discutido mucho tú y yo eh? Era la pequeña de la casa y siempre me tuviste algo de celos. Pero luego bien que ibas a dormir a mi cama. O bien que te refugiabas en mí cuando había tormenta o discusión en casa. Los débiles hacemos piña y tú lo sabías.

No se me olvidará nunca tu cara traviesa. Tus ganas de comer a todas horas, lo que sea, menos pienso, claro. Tu manera de hablar sólamente con una mirada y tus habilidad para lanzar la patita contra todo aquello que quisieras.

Lo que has podido correr y saltar. Tuvimos que empezar a cerrar con llave la puerta del jardín porque te nos escapabas a menudo de lo fuerte que empujabas cada vez que pasaba alguien. Eres el perro más cabezota y más bestia y más gordo que he visto nunca.

Nos hicimos mayores juntos. He pasado la mitad de mi vida contigo. Y estos últimos meses que papá y mamá se han ido de viaje más de la cuenta eras la mejor compañía que se pudiera imaginar. Siempre a mi lado, mendigando cariño (y comida, claro). Ladrándome cada vez que te dejaba sólo en el jardín. Con esos ladridos sincronizados y vacíos al final porque te achantabas cuando me acercaba a ti. Haciéndomelo pasar mal porque ya estabas muy malito y no te podía dejar sólo demasiado tiempo. Agradecido siempre. Mimoso siempre. Haciendo ruido siempre. Haciendo saber que estabas ahí.

Ahora la casa está vacía. Y parece exagerado pero no lo es. No se oye el ruido de cada vez que te tumbabas o dabas vueltas en la alfombra hasta que encontrabas tu postura. No se oye tu tos que cada vez se hizo más y más insistente. Salgo del salón y no estás. Cierro la puerta cuando fumo para que no te llegue el humo pero ya no hace falta. Dejo sobras en el plato para dártelas. Voy al baño donde tenías el agua y ya no tengo que tener cuidado con tus babas. Puedo andar descalza por la casa sin que mamá me diga que hay pelos tuyos y que me ponga las zapatillas...y eso no me gusta. Bajo las escaleras para ir a desayunar y no vienes a verme. No me miras cómo subo las escaleras cuando me voy a dormir. Abro la puerta de casa y ya no estás para decirte hola.

Y no lo asumo. No asumo que ya no estés. Y no sabía que esto fuera tan duro, por más que lo llevábamos viendo venir desde hacía mucho tiempo. Al fin y al cabo va a ser verdad que eras mucho más que una mascota. Eras Mi Gordo, y lo seguirás siendo. El mío y el de toda la familia. Te hacías querer. Hasta los amigos que te conocían poco se han entristecido, no han pensado que fuera rara mi reacción porque sabían que eras único.

Tus ronquidos se echan de menos. Ya no se duerme bien por las noches. El ruido de fondo se acabó y ahora no me gusta el silencio.

lunes, 19 de marzo de 2012

Mi padre.

Quizá sea un topicazo, pero mañana (o ya hoy) es el día del padre. Y este post habla de él, porque leyendo en twitter el hastag #noestupadre he leído muchas cosas que, por lo que veo, tienen muchos padres en común, pero hacen que él sea especial.

Mi padre tiene 60 tacos ya. Es calvo, tiene el pelo blanquito, gafas y bigote. Y es muy gracioso.

Desde hace un par de años en casa está sólo entre mi madre y yo, y el pobre se desespera, mi hermano le abandonó y ahora no hace más que llamarle por teléfono inventándose temas que pudieran crear preocupación (bancos, hipotecas, trabajo) aunque nunca le diga que le echa de menos. La verdad es que intenta no parecer muy sentimental y no es nada mimoso, pero aún me acuerdo de cuando yo era pequeña y mi sitio en el sofá estaba en su regazo, escuchando su respiración/ronquidos mientras veíamos la tele y mi hermano se recostaba en mi madre. Creo que allí jamás me hubiera podido pasar nada. Es una sensación que jamás se me olvidará. Últimamente me dan ganas de volver a ponerme así con él, pero al final nunca me atrevo.

Cuando mi hermano y yo éramos pequeños (pero no peques del todo, sino esa edad que das el coñazo que te mueres pero no eres mayor aún) y le veíamos venir por el pasillo, salíamos corriendo los dos a la vez al grito de "que viene papá ooooosooooooooooooooo!!!!!" y él nos miraba con cara de "cariño, nos han salido gilipollas". Luego nos tirábamos encima de él.

Hace tres nocheviejas mi hermano y yo llegamos con tal ciego a casa a las once de la mañana que fuimos a despertarle saltando encima de la cama. Se levantó y nos persiguió hasta que le pudo un ataque de risa al ver cómo mi hermano me escupió porque yo le había tirado antes del pelo.

Creo que nuestra relación, en algún momento dado, tornó de cariñosa de verdad a "te quincho y me río de ti porque es una manera mucho más divertida de demostrarte que te quiero". Y eso está bien, pero de vez en cuando tengo ganas de mimos por parte de mi papá. Snif.

Es un gran amigo. Siempre me da los mejores consejos. Mi madre no porque prefiere protegerme y decirme cosas como "pasa de eso", "no es importante" o "tú vales más que esas mierdas". Mi padre sin embargo me da bofetadas de realidad, me enseña a enfrentarme a las cosas. Además siempre lo hace de una determinada manera, primero me dice la frase, luego me cuenta una historieta de las suyas para convencerme de que tiene razón, y al final me dice que yo veré, que lo piense, que tengo que vivir las cosas por mí misma. El mejor consejo que me ha dado ever ha sido "ocúpate de las cosas cuando sucedan, y deja de PREocuparte mientras tanto".

Su familia tiene un gen que está de la olla. Es graciosísimo verle en eventos familiares. Canta rancheras como él sólo y cuando lleva unas cuantas copas le da por llorar, como una fémina con SPM. Para verle, de verdad.

Me da dinero a escondidas y tramamos planes para que mi madre no se entere.

Se traga entero el tiempo de la 1. Al mediodía y por la noche. Y nos lo cuenta preocupado. Abrigáos mañana niñas. Uh, qué calor, Blase, mañana no vayas muy fresca a la universidad pero llévate capas. 

Se pone histérico con la política. Odiaba a González. Aznar le cayó muy bien. Odia a ZP. Y se está arrepintiendo de verdad de haber votado al PP ahora. Y lo dice en voz baja si estoy yo cerca, porque sabe que me reiré.... se lo avisé!!

Le dan ataques de hambre a mitad de la noche y es capaz de comerse la nevera entera.

Ha tenido muchas dificultades en su vida, tanto laborales como familiares (tengo dos hermanastras que sudan pollas de él), y ha sabido llegar hasta donde está de algun modo milagroso.

Le admiro. Le quiero. Es mi padre. Mi madre eligió muy bien.

lunes, 12 de marzo de 2012

¿Pensar, o no pensar?

Creo que las relaciones deberían ser algo espontáneo.

Esperad, que he empezado muy directa.

¿Hacemos una intro? Nah, paso.

Que eso, que las relaciones deberían ser algo espontáneo, natural, sin complicaciones. Con esto no estoy queriendo decir que a la que haya complicaciones se tire todo por el retrete (como los muelles), sino que hay que plantearse si realmente te merecen la pena las cosas con esas complicaciones.

No hay que pensar tanto. Pensar mucho está sobrevalorado. Plantearse mucho las cosas está sobrevalorado. PREocuparse mucho de las cosas también está sobrevalorado. Disfrutar sin más, sin embargo, no lo está.

Creo que el amor debería ser eso que hace que te vuelvas loco. Que te permita no pensar. Bueno, que no te lo permita no, QUE TE LO HAGA IMPOSIBLE.

Luego viene una vocecita en mi cabeza y me dice: "Pero tía, ¿esas preocupaciones no son necesarias? Es decir ¿No es necesario pensar por ti, por los posibles daños que te puedan causar otros y por cohibir esos ataques de espontaneidad y locura?". Y esa vocecita me lía. Porque ¿hasta qué punto hay que dejarse llevar? ¿hasta qué punto no hay que pensar en las consecuencias, en las posibles dificultades que puede traer una relación? ¿si piensas mucho es que realmente no quieres estar con esa persona porque si quisieras no pensarías tanto?

Y voy a terminar el post como si fuera una periodista.

Y vosotros, ¿Qué pensáis? Porque yo no lo veo nada claro.... y sabed que soy de esas que no piensa, que tira para alante, y luego si tal ya llora. Pero ¿debería plantearse las cosas la gente como yo? ¿o es mejor llorar por haberlo intentado, que ni intentarlo por si acaso sale mal porque ya sabemos que hay dificultades?
Todo un lío, oigan.


domingo, 19 de febrero de 2012

Canciones.

Creo que no podría concibir el mundo sin música. Bueno, no es que lo crea, es que estoy segura. Música de todo tipo, pasando por la música clásica para llegar hasta el electro-house. Entre medias están el pop, el rock, y sí, incluso el reggeatón. Y van desde los 70 hasta ahora. Mi lista de reproducción del móvil no podría tener más variedad. Y me gustaría que tuviera más, pero aunque me guste tanto la música, en realidad no me da por buscar, a mí que me lo pasen y ya si me gusta pues seguiré escuchándolo. O algo.

Lo bueno de toda la música que escucho es que cada canción tiene un recuerdo, un significado, una imagen. No es necesario que esa imagen se haya producido mientras sonaba la canción de fondo. Una sensación, sin más.

Y si hay algo que me repatea es que me cambien los recuerdos de cada canción. O que alguien le dé un recuerdo a una canción que yo NI DE COÑA le hubiera otorgado. En serio, no lo soporto. Es que mataría a la persona que me hace eso. Es algo personal. Llego a coger manía a las canciones, a no escucharlas por más buenas que sean. Porque si el recuerdo es bueno, bienvenido sea. Pero no me refiero a sensaciones buenas, me refiero a esas que dices....¿¿¿¡¡¡WTF!!!???

Y todo esto viene porque hace un par de meses una impresentable de corta edad y menor tamaño cerebral me fastidió de golpe y porrazo, así, sin esperar a que terminara una para empezar a destrozarme la otra, dos de las canciones que más me gustaban hace dos meses. Ahora ya  no, claro. Ahora estoy en proceso de desintoxicación. Sé que realmente esas dos canciones merecen la pena e intento darles otro significado. De momento os digo que la cosa no va bien. Se me viene su cara a la mente y me dan ganas de matar. No me deja disfrutar de la canción imaginarme su cara. Que no la conozco de nada, hombreyá. A ver a qué estamos jugando. La niña de los peines! como diría mi abuela.

Y si supiérais cuáles son, creédme que os cabrearíais tanto o más que yo. Lo que no sé si conmigo por no saber controlar lo que me dicen mis canciones, o con la tipa esta que demostró muy poco de ella y de su manera de ser. Se quedó con el nombre de Comebolsas, la hijjj......

miércoles, 8 de febrero de 2012

Perdida.

En serio. No sé qué me pasa, pero quiero que deje de pasarme. Me gustaría dejar de quejarme. Verlo positivo todo. No me gusta quejarme. Me pongo a mí misma de mal humor. En serio. Pero es que estoy en bucle. He entrado en bucle y no sé por dónde cortarlo.


 
Me parece que mis amigos no me hacen todo el caso necesario. Y les agobio. Y luego pienso que hago mal en agobiarlos y que no tengo que obligar a nadie a hacer lo que no quieren, al fin y al cabo las cosas nacen o no nacen. Pero me entran las dudas. Si realmente son mis amigos yo no soy una obligación, sino una apetencia. Pero si agobias a alguien pasas de ser una apetencia a ser una obligación (regla nº 1 de cualquier relación). Entonces dejo de agobiarles. Y entonces es cuando los míos piensan que no necesito a nadie y no me prestan la atención que en estos momentos necesito. Y es cuando vuelvo a la primera frase, incluyendo el cabreo de que parece que nadie sabe leerme sin que me exponga como un libro abierto.

Y así todo el rato. Y no sé salir. Y no sé si pasar de todos o hablar y hablar y hablar y explicar lo que me pasa. Porque si lo explico quizá agobie. Y no me gusta NADA agobiar.

Ahora, ya sé lo que me pasa. Lo que no sé es cómo hacer que me deje de pasar.

Necesito dosis de zen. Por favor. Y las necesito YA.

¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi yo alegre, independiente, comprensivo y que no agobia a los demás porque comprende las circunstancias de los suyos? ¿He sido así en algún momento o sólo estaba teniendo paciencia? ¿En algún momento hubo alguien que se preocupó de mis circunstancias, que pensó como yo, pero por mí? ¿En algún momento lo hubo o lo está habiendo y yo no estoy sabiendo verlo?

¿En qué momento me he perdido de donde estaba? ¿Y qué ha hecho que me pierda? ¿Soy realmente así o es una mísera racha?

Estoy harta de las rachas. De los demás. De las mías. ¿La gente es como es y punto? ¿Mi yo real ha salido a relucir y ni yo sabía que existía? ¿De verdad soy tan insoportable como me veo ahora mismo?

Y lo más importante: ¿estoy pareciendo lo más victimista y quejica del universo? ¿estoy pareciendo el tipo de persona con los defectos que más puedo odiar de cualquier persona?

¿Me curaré, doctor?

sábado, 4 de febrero de 2012

Trianiversario.

Dentro de unas semanas hace tres añitos que Zenu y yo nos conocimos. Nos conocimos, nos dimos el primer beso y.... Bueno, iba a decir que echamos el primer  hicimos el amor por primera vez, pero no, tardé una semana más. Y eso era mucho para mí, creédme. Oye, que no sé qué me pasa hoy que no me aclaro.

Bueno, en lo que estaba. Que dentro de unas semanas hacemos tres años. Tres años juntos ya. TRES AÑOS. Tres años. TRES AÑOS. Que da igual cómo lo diga, que me sigue sonando raro. Claro, que a los que ya estáis casados, o tenéis hijos, o habéis tenido una relación de diez años pues os hago gracia. Pero a mí me impone, no os voy a engañar.

En realidad no sé hacia dónde va. Dejaré que os riáis de mí y os diré que cada vez que escucho el Canon de Pachelbel me imagino yendo hacia el altar con él esperándome. O sea que algo me puedo imaginar. Aunque también soy consciente de que se puede acabar en cualquier momento y tal. Pero que no me apetece pensarlo, hombreyá.

Hay veces que me sorprendo a mí misma. Para bien y para mal.
Para mal porque me he acostumbrado a él. Hay días que no lo valoro como debería valorarlo. Aunque si sé esto es que ya le valoro. Todo un lío, vamos.
No sé si es bueno o malo que me acostumbre a él.
Por un lado es malo, porque si algún día me deja me costará acostumbrarme a no llamarle todas las noches, a no mandarle mensajitos porque sí y a no gritarle porque sí también. (Jijijijiji)
Por otro es bueno, porque si me he acostumbrado a él es porque se hace querer. Estoy acostumbrada a tenerle porque ha estado para mí siempre. Y eso NUNCA puede ser malo. De ninguna manera.

Llevamos tres años juntos.

El primero se podría titular El Año del Amor Apasionado y Sin Límites y Ñoño Hasta Morirse.
El segundo se podría llamar Estoy Descubriéndote y Creo que Podría Matarte y Te Odio y Te Quiero.
Este tercero quizá podría llamarse Ya Sé Como Eres Y Te Quiero Así, Sin Querer Matarte ni Nada.

Cuando me empecé a "acostumbrar" a él, a no notar CADA VEZ que quedaba con él un gusanillo en la tripita, a no querer que me empotrara CADA VEZ que le veía, me agobié. Me agobié mucho. Muchísimo. En serio que no os hacéis a la idea. Pensé que todo se había acabado. ¿Dónde estaba la intriga?

No veía lo bueno de poder estar tumbada a su lado. Porque sí. Sin sentir nervios. Sólo tranquilidad. Seguridad. Cariño. Sin empotre ni nada así porque sí. No veía lo bueno de mirarle y saber lo que estaba pensando. No veía lo aguuuuuuuuuuuusto que está una cuando no tiene que medir sus palabras para explicarse correctamente, sino que la entienden sin esfuerzo.

Gracias al cielo abrí los ojos.

Claro que le quiero. Calmadamente. Sin sobresaltos cada día. Sin preguntas absurdas. Sin "empótrame cinco veces cada día o es que no me quieres".

Claro que hay rachas en las que volvemos al principio, porque lo necesitamos.

No sé cómo son el resto de las parejas. No sé si habrá personas con relaciones mucho más estables leyéndome y que piensen que no voy a ningún lado, que si a mi edad y con tres añitos de relación no hay sobresaltos me aburriré en breve. No sé nada.

Sólo sé que yo ahora quiero esto. Y lo tengo. Así que me considero afortunada como la que más.

Zenu es un gran Zenutrio, lo sé. Pero es MI Zenutrio, y yo soy la suya. Y me encanta.

viernes, 3 de febrero de 2012

He vuelto (creo).

¿Que he estado mucho tiempo sin escribir? Sí. ¿Pero mucho mucho mucho? También.

Lo siento, he estado desmotivada. No me apetecía. No tenía nada nuevo que contar. No tenía tiempo para ello. O sí tenía tiempo, pero prefería dedicarlo a otras cosas. Ya sabéis que no planeo los posts, salen de repente. Y si no tengo un ordenador al lado lo dejo pasar. Soy incapaz de escribir un post desde el móvil. Lo que me gusta es teclear.

No puedo decir que he vuelto.

Me encantaría volver, pero no volver para quejarme o desahogarme. Me encantaría volver para reírme, contar cosillas sin importancia, descubrirme poco a poco. Pensar escribiendo, que para eso soy mujer y no sé pensar en voz baja.

No sé si podré. Lo que sí que sé es que este es un primer paso.

Pero sigo aquí. Que lo sepáis.

Por cierto, vísteis qué gracioso lo de "mañana hablo del Papa"?? Jajajajaja. Ojalá sólo hubiera pasado un día desde entonces. Me traumatizó demasiado. Desde este verano apenas veo las noticias. Sólo leo twitter. Y tampoco me creo ni la mitad. Me hierve la sangre.

Sigo intentando ser zen. Y consigo transmitirlo a los demás. Pero será de tanto tranquilizar y relativizar los problemas de la gente que se me está acabando mi dosis. Quizá un día de estos me vuelva loca aunque sólo sea por un día. Así sin tener en cuenta a los demás. Y no lo llamaré ser desconsiderada, diré que estoy harta de mirar por la gente sin mirar por mí, porque esa excusa parece ser que vale. Hagas daño a quien se lo hagas.

Seguro que sabéis de qué os hablo. Esa gente que va de que los demás son todos unos sensiblones y ellos no son nada malos. Esa gente que un día se levanta y decide que puede no tener en cuenta a la gente que le rodea porque nunca jamás les tienen en cuenta a ellos (y se quejan de los sensiblones). Esa gente, como las madres, que dicen: "Ya estoy harta de callarme! Llevo toda la vida haciéndolo!" y llevan toda la vida con la misma frase. Esa gente que achaca todo el daño que pueda hacer a "una mala racha" sin pensar que las rachas tienen fecha de caducidad. Esa gente a la que quieres con locura pero matarías de vez en cuando. Esa gente a la que no quieres decir nada de lo que te pasa, prefieres desahogarte con el ordenador, porque al fin y al cabo seguirá poniendo excusas, esto es una rabieta y "ya se te pasará", "estás muy sensible ultimamente" te van a contestar.

Pues sabéis una cosa? Las amistades se cuidan. Desde lejos, también. Y no me sirven las excusas. Llamadme fría, pero un simple whatsapp me basta. Y no es el hecho de escribir un whatsapp. Un mensajillo de esos es insignificante. Lo que no es insignificante es el interés que hay detrás.

Creo que se me quedan cosas en el tintero. Que podría explicarme mejor. Creo que en cuanto dé al botón de publicar se me ocurrirán mil y una cosas más que añadir.

He enlazado temas. He escrito de golpe y porrazo. Creo que tenía mono y necesitaba mi dosis. Creo que me ha quedado un post muy triste y muy deprimente. Y creo que no me define nada. Recordad, yo soy así!


Y quiero unas orejeras de pompones.