Aún no es verano pero yo ya quiero sandalias.

Yo es que no tengo mucha suerte nunca. No sé si es algo genético o tema del Karma, aunque creo que lo último no porque aunque soy Zen y todo eso, no veo yo que funcione demasiado ni nada.
El caso es que nunca me ha tocado nada. Bueno, miento, una vez mandé un sms a Ragazza, que sorteaban un lote de maquillaje bastante chulo, y me dije que ya era hora de que me tocara algo, hombreyá. Creo que lo dije de una manera muy rotunda porque a los meses me llamó un nº muy largo despertándome de una siesta muy larga también, me preguntaron mi tono de piel y a los días llegó a casa el lote en cuestión, con tonos que no pegaban nada con el tono de mi piel, lo que me hizo pensar que la tía que me atendió no tiene ni puta idea o simplemente ni me escuchó.
Pero la cuestión no es esa, porque vale, me tocó una vez, pero si hago una estadística de todos los sorteos en los que he participado pues no hay color. Que me vuelvo a liar.
Digo que la cuestión es que me he enterado por Burbuja de que sortean unas sandalias de DKNY muy muy chulas. Y claro, digo yo, que siendo estudiante paso de comprar zapatos de marca si ya me los puede regalar alguien, jejejeje.

Así que lo dicho, voy a participar, y si me tocan estoy segura de que Burbuja me matará y vendrá corriendo a Zencity a ponerla patas arriba para encontrar dichas sandalias, que digo yo, Burbuja mía, que qué más te da si tus pies son muy delicados y seguro que te hacen daño (mua-ha-ha-ha).

Ale, tras un post mierdero y escrito sin inspiración alguna (estoy exprimía ya de tanto examen, coñe), me despido hasta que me salga del alma algo un poco más decente.