Para todo lo demás: Mastercard. Vol 2.

Que digo yo que para qué quiero un novio rico si me puede tocar el euromillón. Porque poder tocar, puede. Vamos, que tenemos menos posibilidades de que nos toque el euromillón que de que nos caiga un rayo, pero no sé si sabéis que existe un hombre vivo por ahí al que ya le han caído siete rayos*. Y si hay un mínimo de posibilidades entonces yo tengo las mismas que la vecina de al lado que me cae mal. Y como soy Zen y el karma mola entonces me toca seguro.

Jo, la de cosas que yo haría si me tocara el euromillón.

Lo primero de todo sería tomarme la carrera con calma ya que no la haría por necesidad sino porque me gusta de verdad y para disfrutarla. O sea que estudiaría para aprender y no para aprobar. Eso sí que sería felicidad. OMG, orgasmos todos seguidos. O muchos a la vez. O muchos a la vez y todos seguidos.

Luego me compraría una casa sencilla en una ciudad molona como Valencia, Barcelona o San Sebastián, sencilla porque si alguna vez quiebro pues al menos me quedo con algo.

Después de esta casa iríamos a por una extra grande con, dos puntos,

• Piscina cubierta.
• Piscina descubierta.
• Una sala de juegos molones.
• Una cocina súper molona.
• Mil balcones molones con cortinas molonas y camas extragrandes con cojines super molones también.
• Baños con jacuzzis.
• Un vestidor que te cagas con mogollóoooooon de ropa sexy y guay.

Como continuación de lo del vestidor, juro que me lo podría gastar todo de una sentada en tonterías:

• Ropa interior sexy sexy sexy.
• Zapatos hasta morir.
• Pijamitas y camisones sexys sexys too.
• Bolsos. Muchos bolsos. De todos los tamaños. De todos los colores. Cienes y cienes de bolsos.
• Cremitas, exfoliantes, cepillos, brochas, esponjas, tratamientos, maquillajes, colonias y demás cosas aún más superficiales.

Además contrataría a un personal trainer (dígase con voz pija, como con un pito huevo duro en la boca) porque yo no soy de las de operarme, yo quiero que me hagan correr y sudar y tener agujetas en músculos que yo creyera inexistentes para tener un tipo espectacular y un culo duro y respingón. Y porque quiero cuidar a mi corazoncito, of course. Ah, y ya que hablamos del tema contrataría a un psicólogo que me comiera el coco e hiciera que se me quitaran las ganas de fumar (oggg).

Me compraría un tiiiiiiiiigre y un moooooono y un koaaaaaaaala y un huróoooon y una cobaya. Un conejito no porque Pétalo ya tiene dos y todos mis amigos vivirían conmigo porque me adorarían y les pagaría todo, como en Entourage. Y un pony también porque soy un pony rosa con el pelo  muy largo. (Wassss)

Y, esto ya lo digo totalmente en serio, me informaría de todas las maneras posibles que hay de ayudar a la gente que no dispone de los recursos más básicos. Porque claro, de nada me sirve donar miles de euros a una fundación que luego no va a utilizarlos en lo que no merece la pena. Vamos, que soy capaz de comprar docenas de huevos a tutiplen y mil barras de pan para pasarme los días haciendo bocatas de tortilla e ir repartiéndolos a los más cercanos que lo necesiten, por ejemplo a los que duermen en sucursales todas las noches. O comprar casas a toda la gente que ha sido puteada por su hipoteca hasta que les han desalojado. Bueno, tanto no porque no soy el Gobierno, pero algo así sí.

En fin, que sería megamillonaria y molaría trillones. Bueno, trillones no porque ahora ya los molo, trillones de trillones!!!!



*Es que resulta que como la intensidad del rayo es tan grande, la electricidad va por tu envoltorio en vez de penetrarte y no te mueres. Aunque probablemente te quedes con un tic raro de por vida, claro, pero oye, mejor eso que en la tumba!