Entrega de trofeos aquí. Gracias.

Hace unos días me dieron un premio, no sé muy bien a qué pero es un premio y como tal hay que recibirlo Y enseñarlo a los demás fardando de que tienes un premio, aunque haya por ahí pululando quince mil premios iguales ya. Me lo dio una personilla que me debe muchas caipis aún (que no se me olvida).

El premio original era este:

Mirad qué trofeo más chulo, si te fijas bien parece que detrás hay una cara con muchas ojeras jejeje.

Y se supone que yo tengo que modificarlo (¿?). Y me ha salido esto otro:

Primero, cuando doña Caipis me dió el premio me enfadé porque se lo habían dado a ella primero, entonces lo arrugué y lo tiré a la basura. Luego me arrepentí y lo cogí, lo pegué en mi agenda con unas tiritas y le puse un brillito para que el trofeo molara más, rollo Oscars y eso.

Como todo buen blogger sabe, ningún premio se da así, sin más. Lo que esta gentuza quería era que yo, Miss Zen por excelencia, contara siete cositas de mí que no sepáis ya. Eso de que no lo sepáis es fácil porque yo soy de lo más reservada como todo el mundo sabe (silbido y paseillo).

Así que allá van, pero no vale reírse!!!

1. De pequeña iba a un colegio religioso y quería ser misionera porque los vídeos de negritos muriéndose de hambre me traumatizaban demasiado, así que las monjas confundieron la señal y me querían meter a novicia en cuanto terminara los estudios obligatorios. Yo no sé si es que era tonta o tenía cara de ello, pero casi lo consiguen (cuando tenía 15 años me lo planteé seriamente, OMG, aunque eso no impedía que me siguieran gustando los chicos más que a un tonto un lápiz, referencias aquí).

2. Soy una creída e intento no parecerlo, pero es que me sale sólo. Que no puedo contenerlo. Que chistan a alguien y no miro para que no se me note, pero estoy convencida de que iba dirigido a mí. Claro claro! a quién sino?

3. Normalmente voy con cara de borde por la vida, pero es que mi cara en estado normal, andando por la calle por ejemplo, parece cara de cabreada, yo no tengo la culpa jolines. No quiero matar con la mirada ni nada, me sale sólo (igual que lo del narcisismo jejeje).

4. Cuando estoy realmente dolida con alguien y hablo con otros de ese alguien me hago la dura. No es normal en mí porque no suelo guardarme los sentimientos ni ser muy reservada, pero me da miedo que la otra persona no me quiera como yo a ella y entonces digo que no me importa nada aunque me muera de ganas de saber de esa persona o que las cosas se arreglen.

5. Hablo mucho, pero mucho mucho, demasiado. Y después de hablar SIEMPRE pienso: "mierda, y a éste qué cojjjjones le importa todo lo que le acabo de contar???". Me juro y perjuro que a partir de ese momento no contaré nada a quien no le importa. Y luego vueeelvo a caer. Otra cosa que no puedo solucionar, aunque esta al menos lo intento.

6. ODIO con todas mis fuerzas que me llamen pesada. Esto tiene que ser un trauma infantil o algo, pero prefiero que me llames hija de la grandísima madre que te parió con todo tu odio a que me mires con cara de "psé" y me llames pesada. Mae mía, se me hinchan las venas!!!

7. No cojo las cosas cuando me las tiran si antes me han avisado de que me lo van a pasar. Si me lo pasan de repente mis reflejos funcionan a la perfección, pero como me avises la has cagado, porque antes al menos lo intentaba, ahora por no quedar en ridículo ni me muevo, si tal lo sigo con la mirada para ver dónde cae e ir a recogerlo. Mis manos son de mantequilla, vamos, pero sólo cuando son conscientes.

El premio fruto de mi creacción mola una millonada así que voy a volver al punto 1 y no voy a ser monja, pero solidaria un rato sí, así que quien quiera que lo coja!!! Hay grandioso trofeo para todos!!! (Viiiva viiiiva)