domingo, 12 de diciembre de 2010

Con esperanza. ¿¿Si quemo la cocina pasa algo??

Una se encuentra una tarde de un domingo de diciembre metida en casa, sin ganas de salir y sin resaca. El aburrimiento y la tranquilidad le invaden, y de repente le pica la nariz como a Viki el Vikingo....

¡¡¡IDEA!!!

Me predispongo a meterme en la cocina a hacer mi primer postre. Qué emoción. El elegido ha sido un brownie, que no es muy difícil (o eso dicen, quizá cuando termine opine lo contrario). Aunque me gusten los retos no vamos a empezar por el tiramisú, no vaya a ser que queme la cocina y mi madre me asesine.

Cuando tenga el resultado os cuento.

Ahora mismo me veo más o menos así en mi cabeza:
Aunque quizá termine así:



Qué diver.


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